En movimiento hacia su desenlace el XXXII Festival de Teatro de Occidente.



Es la noche del jueves 20 de noviembre y el 32º FTO sigue su curso. Pasadas las 7:30 pm. ingresamos a la sala “Federico Collado”, uno de los espacios para la creación y disfrute de las artes escénicas que ofrece el Centro Teatral de Occidente “Herman Lejter” en la ciudad de Guanare. Disfrutamos allí del unipersonal “Gilaldo Sampos”, propuesta de la agrupación Ditirambo Teatro (Colombia) escrito, dirigido e interpretado por Rodrigo Rodríguez.

La familia de Pascual Duarte es una novela de Camilo José Cela, publicada por primera vez en Madrid en 1942, fundadora del género conocido como tremendismo, sus personajes viven un ambiente de marginación, sumidos en la incultura, el dolor y la angustia; esto hace que las historias giren en torno a lo grotesco o repulsivo buscando con ello impactar al lector. Puede por tanto decirse que el tremendismo es un tipo de crítica social.


A partir de este punto de partida, Rodrigo Rodríguez compone la historia de Gilaldo Sampos, trasladando los acontecimientos desarrollados en Torremejía (Extremadura) hasta Santander (Colombia), adaptándolo a los giros de lenguaje y costumbres propias de este país sin alterar el orden cronológico de la narración.

Con una objetividad que sorprende de un narrador en primera persona y que logra alzarse a la altura de aquellos narradores observadores que gobiernan la gran novela realista, Gilaldo Sampos, en lugar de centrarse en las introspecciones exhaustivas que rigen, en ocasiones, la línea de los narradores protagonistas, nos da una descripción de situaciones y acontecimientos, por medio de un lenguaje llano y, en ocasiones con tintes poéticos, nos muestra la otra cara de la condición humana.

Sobre una línea de acción propia de Ditirambo Teatro, denominada por la agrupación como: teatro popular y mestizo, se desarrolla un montaje sostenido por el trabajo del actor/narrador, cuyos elementos recuerdan al teatro popular cubano, especialmente al trabajo de Ariel Bouza con el grupo de teatro Pálpito. Cuya principal fortaleza estriba en la verdad que transmiten sus personajes más allá de sus relatos extravagantes y grotescos.

Apreciamos pues la entrega honesta, enérgica de un gran actor cuyo trabajo vocal y desempeño físico nos pone frente a una especie de galería grotesca para revelarnos el dolor como una realidad de características propias y no como una mera contraposición de la felicidad.

¿Psicosis?

Avanzada la noche más allá de las 9:00 pm. nos enfrentamos en la sala “Alberto Ravara” con el también unipersonal  Psicosis 4:48, texto de Sarah Kane, dirigido por Gabriela Carballido e interpretado por Moyra Ángeles.



El poderoso texto de Kane resultó perdido para el espectador debido al desempeño vocal de la actriz, quien no acompañó ni desde el tono, el ritmo ni la energía, la fuera propia de los parlamentos de esta obra, que pretende ser un sacudón para la psiquis del público. Sin la fuerza introspectiva suficiente, no pudo esta función introducirnos en el limbo de las depresiones para hacernos padecer el dolor de ser visto desde la lástima.

Un montaje experimental de cuidados acabados y aparatosa ostentación (al estilo de montajes realizados en otros países) que, al menos para esta función, no ha quedado justificado por un desempeño actoral carente de organicidad, con tareas pendientes por completar en el ejercicio de la soledad y manejo de la energía contenida.

Se agradece la propuesta de tipo experimental, la capacidad de riesgo y el empeño por la investigación que conduzca hacia nuevos métodos, hacia nuevas formas de presentar el hecho teatral, pero no puede dejarse en el camino el rigor, la disciplina y el sentido de compromiso, a cambio de lo novedoso.

J. Alberto Ojeda

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