De amores de dos y de muchos, al teatro!



Incidencias del FTO 2012 la noche del 19 de noviembre.

Desde el jueves 15 pasado, cada noche el Centro Teatral de Occidente se viste de fiesta, se llena de energía y sobre todo de magia, la magia del teatro. Hay actividad durante todo el día, el equipo organizador ajustando detalles y generando la dinámica necesaria para lograr los objetivos, técnicos y artistas preparando sus espectáculos, foros críticos, reuniones, conversatorios… toda una vorágine de actividades que son en resumen la razón fundamental por la cual, treinta años después, el festival de teatro de occidente conserva plena vigencia.

Así llegamos a la noche del lunes 19 y presenciamos, a las 8:30 p.m. en la sala “Federico Collado” de este centro teatral que es génesis y centro del FTO, el trabajo de la agrupación Elenco Estable del Teatro Principal de Caracas. Lleva por nombre “Cuarteto de amor para una historia de dos” este trabajo escrito y dirigido por Rodolfo Porras.


Una balanceada combinación de elementos teatrales con el acompañamiento de música en vivo en la cual un actor y una actriz (Payaso y Payasa) interpretan a una pareja que se ha visto inmersa, a partir de particulares circunstancias, en una relación establecida bajo un acuerdo de bases muy concretas pero que termina siendo corrompido cuando necesidades humanas fundamentales empiezan a surgir.

Pero entre payaso y payasa también ocurre una historia que termina afectando y modificando la historia de sus personajes, signo inequívoco y punto de reflexión para acercarnos al entendimiento de la realidad humana detrás del quehacer teatral y más profundamente, de la realidad humana que nos condiciona y afecta nuestro accionar de forma constante.

La propuesta escénica por su parte, resulta coherente con el propósito de la obra, alcanza niveles de deleite con parlamentos muy precisos y especialmente por la estrategia en la cual los histriones sugieren imágenes que son complementadas desde la música logrando una estética bien depurada.

Sin embargo, el texto si bien es preciso y más bien funcional, aborda en primera instancia un acontecimiento que nos vincula y acerca más a una experiencia relacionada con las relaciones y las necesidades humanas en su fuero interno pero en determinado momento lanza un puente apuntando a los sistemas sociales jugando con símbolos que no resultan claramente vinculados con el resto de la obra porque no queda establecido su efecto sobre los personajes, dejando abierta una inquietud: se trata de un drama humano o un drama social.

Más tarde en la sala “Alberto Ravara” se nos presentó a las 9:45 p.m. el grupo “Teatro del Sol” proveniente de Cuba con la obra “Ñaque o de piojos y actores”, sobre el texto de José Sanchis Sinisterra y con la dirección de Sarah María cruz.


Sobre una escenografía despojada de todo artificio se recrea la historia de dos actores (interpretados por José Ignacio León y Renecito de La Cruz) cuyo periplo sobre las tablas inicia en el siglo XVI y perdura inclusive hasta nuestros días, con una estructura poética que desnuda el alma humana del actor en lo que puede entenderse como un homenaje al teatro desde la lucha por la valoración del arte como oficio que cumple la función de humanizar la sociedad.

No podríamos detenernos en consideraciones meramente estéticas o conceptuales del trabajo de la directora, tampoco en un análisis de la técnica, la capacidad y la entrega de los histriones. Se trata más bien de asumir la obra como una construcción en la cual cada elemento cumple su función y aporta lo necesario para consecución de un producto escénico de acertado ritmo interpretativo, cuidadoso desempeño vocal y una planta de movimientos generosa en su fluidez sin llegar a los excesos.

Presenciamos en resumen, una función que resulta un homenaje al teatro en el marco de la XXX edición del Festival de Teatro de Occidente, porque celebrarnos a nosotros mismos… también se vale!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Juguemos en el bosque mientras el lobo no está

25 años y sigue en flor mi planta de naranja lima.

Entre perros calientes y súplicas a Santa Rita Hayworth.