Del legendario juicio de Salomón a sueños desquiciados.
Una
muñeca maltrecha y rota es abandonada por su dueña, una niña rica y pretensiosa
incapaz de valorar lo que posee; una vendedora de globos rescata la muñeca que,
por azares de la vida termina en manos de una niña pobre quien se ocupa de
repararla convirtiéndola en su mayor tesoro. Ante el apremio de sus padres la
niña rica se empeña en recuperar la muñeca y entonces ambas niñas se ven
enfrentadas en un juicio donde la justicia habrá de ajustarse a la única ley
verdaderamente suprema: el amor.
Esta
fue la Historia de una muñeca abandonada,
que Paquita (Araina Begue Labrada) y Lolita (Glerys Garcés Guerra) nos contaron
en la sala Eduardo Moreno de la Escuela de Teatro “José Antonio Páez”, ubicada
en el Centro de Bellas Artes de Guanare, una producción del grupo de teatro
Pálpito (Cuba) dirigida por Ariel Bouza y con textos de Norge Espinoza basados
en la obra de Alfonso Sastre; esto en el marco de la trigésimo primera edición
del Festival de Teatro de Occidente la noche del 18 de noviembre a eso de las
6:30 p.m.
En
conversación con el director y elenco del montaje conocimos las premisas sobre
las cuales Pálpito ha construido este trabajo escénico en el cual, personajes
tipo y arquetipo de la idiosincrasia cubana son llevados al escenario en una suerte
de mixtura entre el sainete y la comedia del arte que desemboca en una
estructura de acción plenamente lúdica.
Aunado
a ello, los intérpretes manejan con destreza el movimiento, el gesto y la
manipulación de objetos, al tiempo que transitan un ejercicio de concentración
y proyección sucesiva de la energía dispuesta sobre la escena logrando una
impresionante conexión con el público que, a pesar de no tener control sobre
toda la narrativa por el vertiginoso ritmo de las acciones, logra apoderarse de
la historia y participa de ella.
Un
espectáculo verdaderamente delicioso que nos pone frente a la necesaria
reflexión de cómo es posible hacer teatro “popular” con intenciones claras,
contenidos valiosos y altos niveles de creación artística.
Avanzada
la noche nos acercamos al Centro Teatral de Occidente para apreciar en la sala
Alberto Ravara, cercanas las 9:30 p.m. el espectáculo de la agrupación Acción
Creativa (Zulia) intitulado “Bifronte”, escrito por Javier Rondón y dirigido
por Silvia Martínez y Javier Rondón, en el cual participan Martha Calderón,
Maribel Márquez, Kelvin Urdaneta, Laura Petit, Hermmankis Parra, Neiro Pirela y
Sol Sosa.
Una
sucesión de sueños experimentados en técnica de performance, entre coqueteos al
teatro y la danza es lo que esta agrupación nos ofrece en una especie de
laboratorio para prueba de habilidades y talentos, sin estructura dramática
concreta y a medio paso en lo que podría ser de mayores alcances.
Apreciamos
un espectáculo lleno de sugerentes pretextos y lecturas entre líneas que se
diluyen en interpretaciones carentes de organicidad y energía; mientras la
construcción del espacio onírico es completa, los histriones no terminan el
proceso de sus personajes, cuyo sentido se fundamenta en la acción física y no sobre
el texto lo cual incrementa la exigencia del trabajo.
Bifronte es un espectáculo interesante, pero todavía a medio camino en su proceso creativo y en consecuencia requiere de pertinentes revisiones y ajustes para alcanzar los niveles, estéticos, visuales y emocionales que requiere para conectarse con el espectador.
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