Lírica. La poesía que nos salva del horror.

El año 2025 abre teatralmente en Guanare con la puesta en escena de Lírica, obra del dramaturgo venezolano Gustavo Ott esta vez bajo la dirección del portugueseño Carlos Arroyo en una producción de la Compañía Nacional de Teatro, capítulo Portuguesa.


Un espectáculo apuntalado sobre un texto poderoso, profundo y conmovedor que narra la trágica historia de dos familias debatiéndose entre la culpa, el perdón, la venganza y la redención. Con este punto de partida, Arroyo ha logrado construir una propuesta de un dinamismo casi delirante que atrapa y mantiene conectado al público desde el primer parlamento. Este dinamismo viene apoyado en una planta de movimiento de estilo coreográfico a través de la cual se construyen y deconstruyen constantemente el tiempo y espacio en que se desarrollan las acciones. A esto sumamos la magistral disposición del espacio escénico tipo arena, rodeado por un circuito cerrado de video que no solo permite apreciar cada ángulo de las acciones sino que además expresa el comportamiento actual de la sociedad frente a sus más profundos dramas: meros espectadores de la realidad a través de una pantalla.



En medio de esto se erige el trabajo de tres actrices que encarnan la razón, la emoción y el equilibrio en un juego de intercambio de roles que las convierte en víctima y agresor sucesivamente. Estas interpretes son Mercy Mendoza, Emilger Arroyo y Karla Arroyo; responsables de llevar adelante un texto denso y extenso con una demandante carga emocional. Un trabajo nada sencillo que abordan con entrega y compromiso por lo que, aunque podría decirse que sus actuaciones no están completamente maduras también es cierto que logran un nivel suficiente para conmover al público.

La lírica que Carlos Arroyo ha montado en este escenario del llano venezolano viene a constituir un respiro y una renovación para el teatro portugueseño, que no busca fórmulas nuevas sino que se afianza en su saber hacer atreviéndose a jugar con recursos tecnológicos que armonizan y completan el hecho escénico, que juega con la estructura brechtiana y se vale de la iluminación y la música para configurar un espectáculo rico, impactante y ajustado a los nuevos tiempos.

Esta propuesta ha estado en cartelera en el Centro Teatral de Occidente “Herman Lejter” de Guanare, Sala Alberto Ravara, desde el 20 al 30 de marzo a las 5:30 pm.

Justo por esos días, específicamente el 27 se estuvo celebrando el Día Internacional del Teatro, fecha en la cual el dramaturgo griego Theodoros Terzopoulus ha presentado un mensaje demoledoramente custionador en cuanto al impacto del teatro en el desarrollo de las sociedades humanas. Y precisamente la Lírica de Ott, bajo la óptica de Arroyo, parece dar respuesta al menos en parte a ese importante ejercicio de autointerpelación que nos plantea Terzopoulus.

Y como el mismo dramaturgo ha dicho: la respuesta es en parte, porque la intención del teatro no es mostrarnos las respuestas sino invitarnos a descubrirlas por nosotros mismos. Este precisamente es el cierre magistral que Carlos Arroyo ha dado a su propuesta, un final abierto para que sea el público el responsable de construirlo y darse las respuestas pertinentes.

Volver al teatro, disfrutar el teatro, vivir el teatro con Lírica ha sido una gratificante y estimulante experiencia que nos interpela y exige reconocer que solo nos falta voluntad, porque capacidad tenemos.

Completan el equipo de esta producción: Carlos Moreno (Productor, asistente de dirección y sonido), Kelynson Berrios (iluminación), Ariana León (imagen) y Axel Carrillo (técnico de vídeo).

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Juguemos en el bosque mientras el lobo no está

Nuestro teatro tiene Aura