El grito agudo de la CRTP

Comenzando el último mes del año 2021, exactamente el 03 de diciembre, la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa estrenó su producción GRITO AGUDO, escrita por Aníbal Grunn y dirigida por Carlos Moreno. En una clara apuesta por el reinicio de la actividad escénica en concordancia con las nuevas circunstancias.





Grito Agudo llega en momentos cuando muchas voces lucen apagadas, por cualquier razón razonable a la cual apelar. Y llega precisamente para recordarnos, con argumentos históricos, que somos mucho más que las circunstancias, que no podemos seguirnos conformando con migajas de ningún tipo.

Sobre esta premisa primero el autor y luego el director, han erigido un espectáculo concreto, coherente y contundente. Con una detallada estética que aunque no se aparta del perfil propio de la CRTP en su tradición puestista, se atreve a plantear nuevas miradas sobre el hecho escénico. Así el expresionismo es la excusa del director para contextualizar la coexistencia de personajes distantes en el tiempo pero enlazados por la fuerza de las ideas.

El propio Aníbal Grunn junto a Jesús Plaza y Wilfredo Peraza dan vida a los peculiares personajes de esta historia, imprimiéndoles vitalidad y carácter además de un profundo impacto emocional. Ellos nos llevan a contemplar de nuevo la historia y desde ella provocan al espectador adentrándose en vericuetos inimaginables para un colectivo condicionado a pensar desde la perspectiva de quien ejerce el poder. De esta manera Grito Agudo se convierte en una obra contundente que sin aspavientos, sino con un trabajo creativo muy bien cuidado, alcanza tocar las emociones del público que no lograr quedarse indiferente ante estos hechos.

Antonio, un viejo historiador cansado de repetir discursos complacientes invoca en su último discurso, su gran discurso, la memoria de dos de los más grandes personajes de la gesta independentista venezolana: Bolívar y Páez. Los reubica y les permite desarrollar un dialogo surrealista rompiendo las líneas del tiempo y el espacio para pincelar con licencia poética posibilidades poco exploradas acerca de las razones que dieron paso a las acciones que marcaron nuestro devenir como nación, dejándonos intuir que la historia no se compone solo de hechos sino también de motivos.

Con esto la CRTP no solo nos dice que sigue trabajando, sino que además es capaz de sobreponerse a uno de los acontecimientos disruptivos más trágicos de los últimos tiempos en el mundo entero. Seguimos en pie, haciendo frente a la vida, viviendo sin conformarnos con migajas. Ese a ha sido el Grito Agudo con el cual se cierra la actividad teatral del año 2021 en el centro teatral de occidente “Herman Lejter”, sede de la CRTP en Guanare, Portuguesa.

De vuelta a las tablas.

Pasados unos meses tras su estreno, Grito Agudo volvió a las tablas en ocasión de la celebración del “día internacional del teatro 2022” acontecimiento registrado el 27 de marzo pasado. Esto nos permitió una segunda mirada sobre el espectáculo y sus matices evolutivos.

Sin duda, el tiempo y los encuentros con el público hacen madurar los espectáculos teatrales, permitiendo descubrir su potencial tanto artístico como de impacto social. Porque a fin de cuentas: qué es el teatro sino un recrear la realidad con el propósito de modificarla?

Y con Grito Agudo ha ocurrido justo esto, ha evolucionado tanto en sus formas como en su fondo. Sus histriones lucen cada vez más comprometidos en el desempeño de sus personajes y esto aporta sustento a la propuesta estética al tiempo que fortalece el mensaje y sus vericuetos interpretativos. Encontrándonos frente a un producto escénico cada vez más consolidado que sin duda se conecta con el espectador.

Grito agudo es uno de esos textos con los que el maestro Grunn se luce interpretando el sentir colectivo y expresándolo en una historia que aunque no es novedosa ha resultado hábilmente interpretada por el director Carlos Moreno tanto en la dirección de los actores como en la plástica elegida para la puesta en escena.

Este espectáculo grita con agudeza la capacidad que sigue teniendo nuestro teatro para remontar la cuesta que nos impuso la pandemia e inaugurar una nueva era de realizaciones comprometidas con rescatar la vigencia del arte de Tespis como herramienta de cambio social.

Alberto Ojeda

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