Domingo teatral con el FTO 2012.
Se mueve occidente en 2012.
Transcurre el Festival de Teatro de Occidente celebrando sus treinta
años de ejercicio constante en la construcción de un espacio que permita la
convivencia, el encuentro, el intercambio, entre artistas, técnicos,
organizadores y el público que en estos primeros treinta años ha sido siempre
el gran protagonista.
Llegamos de este modo a la cuarta noche de festival, domingo 18 de
noviembre del 2012 y seguimos degustando variados espectáculos que nos mantienen
abierto el horizonte de las posibilidades escénicas. En primer lugar asistimos
a La última grabación de Krapp,
monólogo de Samuel Beckett dirigido e interpretado por Freddy Pereyra en una
producción de Salamandro Teatro del estado Táchira.
Krapp, el protagonista, es un hombre viejo, que a lo largo de su vida ha
grabado anualmente en cinta magnetofónica los hechos del año anterior. Aparece
decrépito y fracasado. (Del programa de mano). Beckett intenta demostrarnos la
fugacidad de la condición humana.
Con entera maestría el actor enfrenta la tarea de encarnar un personaje
cuya construcción exige una particular fuerza emocional que debe ser generada y
entregada en dosis precisas al espectador. Labor que cumple a cabalidad
logrando, desde un ejercicio de soledad, hacernos volver a cuestionamientos que
por alguna razón siempre le son recurrentes a todos los seres humanos,
inquietudes en torno la propia identidad y el sentido de la existencia.
La última grabación de Krapp interpretada por Freddy Pereyra expone, no
solo el enorme talento del actor sino además la necesidad e importancia capital
que reviste la investigación en el quehacer teatral, el compromiso con el
oficio y la función social que de ello se desprende.
Esta función la presenciamos en la sala “Eduardo Moreno” del Centro de Bellas
Artes de Guanare cerca de las 6:45 de la noche.
Muy cerca de esta hora, a las 7:00 p.m. y esta vez en el Centro Teatral
de Occidente “Herman Lejter” en la misma ciudad de Guanare se llevó a escena
“Maisanta, el americano” del Colectivo A Puro Teatro del estado Barinas en
coproducción con la Compañía Nacional de Teatro como parte del proyecto Teatro
para todos los venezolanos adelantado por esta última.
La producción del Colectivo A Puro Teatro bajo la égida de la Compañía
Nacional de Teatro ya había sido apreciada anteriormente en la oportunidad de
su breve temporada en la ciudad de Guanare en meses pasados.
Más allá de cualquier consideración, estética, dramatúrgica o
interpretativa de los involucrados en el proyecto, resulta más pertinente
comentar acerca de las responsabilidades de las instituciones rectoras de las
políticas culturales y más específicamente del sector teatral en el país.
Hablamos específicamente de la Compañía Nacional de Teatro. Porque
resulta incoherente que un proyecto como “Teatro para todos los venezolanos”
con líneas tan claramente establecidas arroje como resultado lo que vinos en
“Maisanta el americano” No es posible que la asistencia sea meramente económica
y no técnica y menos aún formativa.
Tampoco aparece como justo, en tiempos donde se nos hace imperativa la
llamada “justicia social”, generar en una agrupación emergente ideas y
conceptos equivocados en cuanto a su desempeño. No podemos injertar la idea de
que está bien hecho el trabajo donde lo evidente apunta en sentido contrario.
La velada concluye presenciando otra coproducción de la Compañía
Nacional de Teatro junto a la Agrupación Teatro Coordinación del estado
Yaracuy. A las 9:15 p.m. Sala “Alberto Ravara” en el mismo Centro Teatral de
Occidente.
Íntimamente Zárraga es un espectáculo escénico que se levanta sobre una
estructura dramática compuesta por Elsy Loyo y cuya dirección comparten la
propia Loyo y Lesbia Landinez desarrollando un contundente homenaje al poeta
yaracuyano Rafael Zárraga.
Es la poesía exaltada desde la misma poesía lo que nos plantea el
producto de Teatro Coordinación con propósitos bien delineados y propuestas
estéticas bastante acertadas. No se trata en ningún caso de teatro convencional
conceptualmente hablando, pero se ejercita en sus recursos para acercarnos a la
valoración de nuestra identidad y de lo propio. Es Yaracuy que rinde tributo,
un hermoso tributo, a su héroe local, algo poco acostumbrado en nuestro país
aún en la actualidad.
Seguramente al calor de las funciones se darán los ajustes necesario en
la estética del vestuario que luce algunas deficiencias en su acabado y al
trabajo corporal en su fluidez y sentido simbólico, pero indudablemente estamos
frente a un elenco comprometido con su trabajo y capaz de transmitir deleite
poético con su espectáculo.
Comentarios
Publicar un comentario