No es tan simple la vida

Esta frase: No es tan simple la vida, no; retumba en el desgarrador texto de la obra “Mátame, mamá” del dramaturgo venezolano Elio Palencia llevada a escena entre el 09 y el 18 de junio de este 2022 por la agrupación MARTEX bajo la dirección de Rubén Uzcátegui y con la participación de Gumersinda Hidalgo y Roimber Peraza interpretando a Nubia y Andrés respectivamente.




Retumba, porque es una verdad que pretendemos ocultar y a la cual especialmente las más jóvenes generaciones le huyen con pavor. Y esa verdad es quizá la premisa más importante en Mátame, mamá sustentada por un argumento dramático que si bien se ubica temporalmente en los años 80 sigue vigente aún en nuestros días pudiendo incluso extrapolarse hacia nuevas realidades como la recién experimentada pandemia por coronavirus.

Relaciones familiares, ámbito social, derechos individuales, creencias y prejuicios se mezclan en una historia en la cual se enfrentan vida y muerte hasta descubrir que son, que somos, parte de un todo. Una historia que Elio Palencia ha pincelado con pigmentos surrealistas en su verbo y que el director Rubén Uzcátegui redimensiona con toques hiperrealistas en medio de una propuesta plástica minimalista y eficiente ambientada hábilmente con el diseño de iluminación. El texto es una maravilla, sin embargo, bastante extenso y esto ha motivado al director a realizar algunos cortes a favor del tiempo evitando el cansancio del espectador, cortes que si bien están bien justificados y no alteran el sentido del drama si inciden en su estructura y hacen lucir reiterados algunos parlamentos de los histriones, es la fuerza de la historia y su impacto lo que permite que esto pase bien librado frente a los asistentes.

Por otra parte, Gumersinda y Roimber lucen totalmente comprometidos con sus personajes logrando interpretaciones de muy alta calidad tanto en el decir los parlamentos como en el manejo de la gestualidad y su postura escénica. Se trata de un trabajo nada sencillo que impone sucesivas transiciones entre estados anímicos y personajes, lo que resulta en un esfuerzo adicional para los histriones quienes en ocasiones pierden su caracterización en brevísimos momentos para luego retomarla. Y aunque esto es notorio para el espectador entrenado, no perjudica el resultado total por lo que continuamos disfrutando de un muy buen espectáculo.




De esta manera la sala “Javier Villafañe”, sede del Teatro Estable de Muñecos de Portuguesa TEMPO, se ha convertido en el recipiente donde los espectadores han venido a
escanciar sus emociones enfrentados a un producto escénico trabajado con dedicación, esmero y profesionalismo, lo cual sitúa a MARTEX nuevamente en la fauna teatral guanareña como una agrupación capaz de asumir riesgos y llevarlos a buen término. Particularmente en el caso de “Mátame, mamá” con una gran aceptación por parte del público. Mi aplauso para esta agrupación que sigue empeñada en su labor de creación artística con responsabilidad, disciplina y sentido de compromiso con el oficio. Ustedes hacen parte importante del vigoroso músculo teatral guanareño.

Alberto Ojeda

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