Los Mosqueteros del Rey.



Llenando de risas el Centro Teatral de Occidente

Los tres mosqueteros, que en esta historia siempre fueron cuatro, salen a escena con pierna derecha para contarnos lo que ocurre en la Guatemala de Felipe XIII y el Cardenal Richelieu y así enterarnos de cómo se convirtieron en los mosquiteros negros de la reina blanca.

¿Parece extraño? Pues lo es, son las cosas que ocurren en esta comedia de Manuel González Gil, llevada a escena por la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa bajo la dirección de Aníbal Grunn en funciones que se extendieron desde el 16 de mayo hasta el 16 de junio durante los fines de semana en el Centro teatral de Occidente “Herman Lejter” de Guanare, sala Alberto Ravara a las 7:00 p.m.



Una producción llena de efectos, recursos de utilería, bailes y situaciones que inevitablemente conducen a grandes estallidos de risa entre el público, partiendo de una historia sencilla que casi pasa desapercibida pero que está allí y no pierde sus dimensiones de significado.

Se trata entonces de un grupo de comediantes que se han dedicado a contar la historia de los tres mosqueteros y su encuentro con D’Artagnan, pero que al enfrentarse a una nueva función se encuentran con una serie de inconvenientes y dificultades que le impiden realizar la función tal como estaba prevista y terminan dando el espectáculo que pudimos apreciar.

Una mirada al teatro desde el teatro, un ejercicio de reflexión acerca de las dificultades en el oficio y un homenaje al esfuerzo que realizan estos hacedores de sueños, todo esto empaquetado en clave de comedia para hacerlo digerible, absolutamente placentero.

El maestro Grunn no se limita y se derrocha en ideas para sugerir una plástica y planta de movimientos plenos de guiños y sugerentes referencias que aportan contemporaneidad a una historia clásica. Lo acompañan en esta aventura los actores Wilfredo Peraza, Job Jurado, Jesús Plaza y Julián Ramos, quienes asumen con compromiso y entereza la responsabilidad de convertirse en comediantes logrando que el público se conecte y disfrute aunque no encontramos en las funciones la misma verdad de los personajes que notamos totalmente durante los ensayos.

Un trabajo verdaderamente difícil si consideramos que no se trata de meras improvisaciones destinadas a provocar la risa, sino una secuencia de acciones y parlamentos cuidadosamente establecidos por el autor.

Todo esto se conjuga con la utilería de Gerson Jiménez, el vestuario de María Teresa Ojeda y las coreografías de Manuel Sequera, para otorgarnos la posibilidad de disfrutar un gran espectáculo teatral, cuya respuesta del público trajo en consecuencia la extensión de la temporada.

Una gran carcajada para todo este equipo que nos demuestra que lograr la calidad es posible, ¡aún en tiempos difíciles!

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