Poética del movimiento e intenso drama social en el cierre del FTO 2017.
Caracas Roja
Laboratorio, en las personas de Hilse León y Rafael Nieves, fue la agrupación
encargada de abrir fuego la noche de clausura de la XXXV edición del Festival
de Teatro de Occidente cercanas las 6:30 del sábado 25 de noviembre.
Una edición con
profundo sabor a fiesta, a vitalidad expresada en las salas y en todos los
espacios tomados por este encuentro de los hacedores de teatro del país. Una
edición que, pese a las circunstancias, no nos negó momentos de maravilloso
disfrute, encuentros y reencuentros con afectos, una profunda mirada al arte de
las tablas y la certeza de que por duro que sea el camino, es el camino!
Por esas razones
el espectáculo de Caracas Roja se antoja como un delicioso postre al finalizar
este banquete teatral. La agrupación se mantiene fiel a su propuesta plástica y
conceptual al tiempo que transita siempre nuevos caminos en la experimentación
e investigación. Su espectáculo “Aquí estoy”, una recopilación de poemas
acompañados por música en vivo y danza, más que un ejercicio argumental es un
espacio para el disfrute, para la pausa y desde allí poder recrearnos,
reinventarnos. Aquí estoy… y no lo planteo como una interrogante angustiosa
acerca del devenir, sino como el punto desde el cual soy capaz de reconocerme,
disfrutarme como soy y avanzar en la dirección de mis sueños. Gracias Hilse,
gracias Rafael por esta experiencia.
Desde muy
temprano el Centro Teatral de Occidente daba cuenta del movimiento que
caracteriza este festival, un bullir de personas afinando detalles en las
salas, el equipo de La Perra que Llora iba y venía preparando el festejo final
y el público empezaba a reunirse en la última noche ya de festival por este
año.
Luego de la
presentación de Caracas Roja Laboratorio, nos fuimos a la sala “Alberto Ravara”
para encontrarnos con la agrupación guanareña Batahola, allí Erika Torres y
Elvis Collado bajo la dirección de Mayeli Delfín nos presentaron “Piano de
Cola” obra del también guanareño Manuel Manzanilla.
Un drama social
angustiante, una realidad corrosiva y demandante de acciones, esto es Piano de
Cola, una historia que atrapa, que hace chiste de lo cotidiano para que no
termine aplastándonos. Pero que tampoco es complaciente. El personaje de Ada es
interpretado por Erika Torres, una mujer víctima de maltrato doméstico que
intenta desesperadamente escapar de esa situación, una actuación correcta,
entregada y segura. Elvis Collado por su parte interpreta a Tulio, un comisario
como muchos, más pendiente de sus propios intereses que del rol que le
corresponde. Pero además Collado también interpreta a Alex, el marido
maltratador de Ada, esto exige del actor el manejo de frecuentes transiciones
pues sus personajes se alternan sin pausa, así como otros personajes
incidentales; todo esto hace que la obra cobre un ritmo vertiginoso en su
desarrollo, ritmo que su directora aprovecha para marcar una planta de
movimiento pausada que dosifica la energía de los personajes.
Un buen
espectáculo de talento local, cierra con maestría este festival.
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