El FTO se mueve con el carro maravilla.

Segunda noche de funciones en Guanare.


Alberto Ojeda

Segunda noche de funciones en el marco del XXIX Festival de Teatro de Occidente, más que un simple evento la oportunidad para confrontar las condiciones y realidad del teatro venezolano. Ocasión de encuentro, diálogo y reflexión en un ambiente propicio para el disfrute.

En el transcurso de la noche el público pudo apreciar variados espectáculos, desde el concierto de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil Núcleo Portuguesa en la carpa “Cacao”, pasando por los espectáculos teatrales hasta terminar con una amena velada de cuenta cuentos en los espacios abiertos de “La perra que llora”.

Particularmente nos detendremos a comentar la obra “Alegría y Mapulín”, texto de Carlos Jiménez, música original de Pilar Romero y dirección de Aníbal Grunn con los alumnos del Taller Permanente de Formación Actoral (TAPEFAC) de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa, acompañados por Roimber Peraza y Edilsa Montilla en los roles de Alegría y Mapulín respectivamente. Función efectuada en la sala Federico Collado del Centro Teatral de Occidente “Herman Lejter”.

Un sueño convertido en viaje, un viaje a bordo de un sueño, un tropel de muñecos escapados de una vitrina, un mago rapero, la aventura en el país del nunca acabar, y todo a causa de la lectura de un libro: el libro de cuentos inmortales.

Utilizando el juego como herramienta pedagógica, el señor Alegría y la señorita Mapulín viven una serie de situaciones en un viaje para descubrir quienes son y donde se encuentran. Esperanzas y frustraciones, alegrías y tristezas, solidaridad con los necesitados, son algunos de los valores a cuya reflexión se invita desde la risa porque “estamos hechos del mismo material de los sueños” (W. Shakespeare) y la vida en el teatro es libre y prisionera al mismo tiempo.

Nos encontramos frente a un mágico juego escénico con actuaciones bien logradas por parte de los alumnos del TAPEFAC y gran desempeño de la pareja protagónica quienes transmiten química, energía y credibilidad. Por su parte el director ha resuelto acertadamente todo lo relativo a los códigos propios del teatro infantil, en lo visual, gestual, el ritmo y pertinencia de las acciones sin olvidar la interacción directa con el público lo cual hace el deleite sobre todo de los más chicos.

Una obra aparentemente vanidosa y sin grandes pretensiones pero que en el fondo transmite grandes ideas para la reflexión: la vida vista como el país del nunca acabar porque siempre podemos reinventarnos, el carro maravilloso que es la voluntad humana, capaz de llevarnos a cualquier lugar, la libertad como bien precioso para defender de la censura y los sueños, los propósitos e ideales como la llave mágica para lograrlo todo en la aventura de vivir.

Sigue así dándonos señales contundentes de pertinencia en lo artístico y en lo social la compañía regional de teatro de Portuguesa con su semillero de nuevos talentos para el teatro. Jóvenes que una vez fueron alumnos del TAPEFAC ahora se aventuran a incursionar en la dirección y así, se gestan nuevas generaciones que vienen a garantizar del algún modo el futuro incierto del teatro en nuestra región y en Venezuela.

También dejo una mención especial a nuestros grandes cuentacuentos, la señora de la palabra mágica Ángela Marín y sus compañeros Joaquín Castillo y Jesús Pérez. Ellos nos regalaron una velada sencilla y muy amena en la cual bastó la palabra para disfrutar de un divertido cierre de jornada.

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