El absurdo humano nos hace fronterizos

Ningún hombre es una isla por sí mismo, cada hombre es una pieza de un continente…”

John Donne




Hay temas que parecen nunca agotarse y conductas humanas que parece imposible superar permaneciendo en vigencia a través del tiempo. Aislarnos, separarnos, erigirnos regidores de pequeños universos es una de ellas. Y aunque se ha debatido suficiente al respecto, seguimos empeñados en trazar fronteras y separarnos, materialmente antes pero ahora mucho más emocionalmente. Las fronteras clásicas han sido líneas, las modernas ideologías divisorias.

Sobre esta premisa versa la obra de teatro “Fronterizos”, una comedia del absurdo escrita por Josefina Ayllón y que la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa puso en escena entre el 28 de abril y el 06 de mayo, en la sala Alberto Ravara del Centro Teatral de Occidente “Herman Lejter” en Guanare, bajo la dirección de Carlos Moreno y con las actuaciones de Emilger Arroyo como Inocencio, Karla Arroyo en el papel de Soldado y Roimber Peraza interpretando El General.

Inocencio y Soldado se encuentran en un mismo lugar, pero entre ellos se halla una línea. Inocencio cree que no es importante, su espíritu simple le hace pensar que pueda traspasarla sin problema, pero Soldado está allí para preservar el orden hasta los límites del absurdo mientras El General viene a recordarnos que siempre hay alguien que mueve los hilos como si de marionetas humanas se tratase; porque no solo se trata del los problemas propios de la frontera, la obra va más allá para cuestionar lo absurdo de ciertas conductas humanas valiéndose de juegos de palabras y la repetición de acciones aparentemente sin sentido.

Se trata de una propuesta escénica poco ambiciosa pero efectiva desde la plástica, con una puesta en escena absolutamente minimalista para dar paso a unos personajes muy bien delineados y con una construcción sólida en sus aspectos emocionales tanto como en el desempeño físico de los histriones, mismos que se deconstruyen constantemente para conducirnos a través de un entramado de situaciones planteadas en clave de comedia pero capaces de inducir una profunda reflexión sobre los temas en cuestión. Al respecto, el público ha dicho frases como: “Si da risa, pero es un tema tan serio que uno lo piensa antes de reír…”

Su solidez argumental, sus magnificas interpretaciones y ritmo acertado la convierten en una obra que se disfruta, entretiene e interpela, por lo que resulta un producto escénico de excelente calidad con el cual la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa avanza en su búsqueda constante de nuevas formas expresivas para mantener la vigencia del teatro de contenido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Juguemos en el bosque mientras el lobo no está

De revueltas, ángeles y batallas en el Festival de Teatro de Occidente.

25 años y sigue en flor mi planta de naranja lima.