Noche de katarsis teatral al inicio del Festival de Teatro de Occidente 2016

Como dos bizarras fotografías del acontecer nacional en la Venezuela de hoy se nos presentaron, dando inicio a la programación en salas del 34 Festival de Teatro de Occidente, “Hecho en Venezuela” de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa y “Mi compadre el alcalde” de La Chamba Teatro.

La sala Federico Collado del Centro Teatral de Occidente fue el escenario para la presentación de “Hecho en Venezuela”, última producción de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa escrita y dirigida por el maestro Aníbal Grunn, con las actuaciones de Mercy Mendoza, Wilfredo Peraza, Evis Cuellar y Carlos Moreno. Los días 11 y 12 de noviembre del 2016 a las 7:30 p.m.



Una versión novelada a partir de acontecimientos de la historia reciente venezolana se nos antoja el texto del maestro Grunn que, partiendo de la historia de una familia separada geográficamente por circunstancias políticas y económicas, plantea una profunda reflexión en torno a nuestra identidad como nación, al sentido de pertenencia, a la brecha insoslayable entre ideología y práctica política; pero sobre todo en cuanto a la dialéctica entre razón y emoción como impulso de la voluntad.

Verdades altisonantes son gritadas con impudicia sobre el escenario al mismo tiempo que germina y florece una delicada poesía, esto impacta y conmociona profundamente al espectador que en muchos casos no logra contener las lágrimas pues todos de una u otra manera estamos reflejados en aquella historia, que es la de cualquier familia venezolana inclusive la de nuestra propia familia.

Sobre este texto de frases cotidianas pero llenas de profundos simbolismos el director ha creado una puesta en escena de ánimo hiperrealista que cataliza los efectos de los parlamentos sobre la audiencia y acompaña de forma plena el desempeño de los histriones. Simple más no simplista, despojada de todo artificio para concederle primacía a lo puramente funcional como fundamento para la teatralidad del espectáculo en su conjunto.

Actuaciones plenas de organicidad, destellantes de verdad y equilibradas en su desempeño conjunto, completan este producto escénico con el cual la CRTP se reivindica y consigo al teatro mismo, consiguiendo hacer de las circunstancias más adversas el motivo para seguir sobre el escenario creando, con toda propiedad, el teatro que nos reclama el país y su momento histórico.

Un poco más tarde, pasadas las 9:20 pm. la sala Alberto Ravara, también en el Centro Teatral de Occidente, recibió al público que acudió a presenciar “Mi compadre el alcalde”, texto escrito e interpretado por Luis Vicente González en una producción de La Chamba Teatro.

Una propuesta de corte performático es el puente que nos comunica una historia cargada de símbolos de profundas dimensiones y fuerte impacto emocional. Una narración de hechos reales tratados artísticamente para rebajar lo grotesco sin afectar la intención corrosiva de los parlamentos con su denso subtexto.



Un drama dantesco, reflejo de la realidad venezolana actual, es contado a través de diferentes medios en una macabra coreografía que alterna episodios plenos de onirismo con fuertes llamados de atención que devuelven a la crudeza de lo real el cuento. Así los acontecimientos acaecidos en un pueblo de pescadores resultan la epidermis de un tejido en cuya dermis subyacen reclamos contra la enajenación causada por un sistema que asfixia las posibilidades de subsistencia digna mientras que privilegia la criminalidad en sus peores facetas. Reclamos contra una elite política evidentemente más preocupada por sus beneficios particulares que por el bien común y las responsabilidades para las cuales son electos. Reclamos contra la fantasía de paz a punta de balas y limosnas.

No se trata de un espectáculo complaciente, es efectivamente arte de denuncia, encarna plenamente el ejercicio de una función que la sociedad venezolana reclama de sus artistas en tiempos de mucho circo y cada vez mucho menos pan.


Así, muy intenso y reflexivo, comienza este nuevo encuentro del teatro venezolano en el occidente del país. Un evento que se erige por sobre todas las dificultades (cada vez más acentuadas) y ha logrado concretar una programación de muy alta calidad, variado e importante contenido. Una verdadera vitrina desde la cual se expone con el auxilio del llamado “arte de Tespis” lo social, económico, político, de una realidad nacional que es necesario empezar a reconocer, aceptando las responsabilidades de cada uno y asumiendo que el reto de reconstruirnos requiere del esfuerzo de todos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Juguemos en el bosque mientras el lobo no está

25 años y sigue en flor mi planta de naranja lima.

Entre perros calientes y súplicas a Santa Rita Hayworth.