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Mostrando entradas de noviembre, 2014

El camino del odio nos conduce al cementerio.

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Pocas veces la sociedad humana se da permiso para encarar, de frente y sin tapujos, verdades que cohabitan la cotidianidad y que, son dejadas al margen porque se antojan agresivas pero fundamentalmente incómodas. El miedo es una de esas verdades, vivimos en una sociedad llena de miedo: al cambio, a lo diferente, al prejuicio, al otro, a nosotros mismos. El miedo se ha convertido en un enemigo silente, que apela a múltiples disfraces para infiltrarse en la vida y corroerla hasta su destrucción. Se nos atavía de moral, de costumbres, de arrogancia, de odio. Y cuando se convierte en odio entonces adquiere matices llenos de sutileza, porque la sociedad es muy hábil en eso de caminar de lado, de evadir y hacer como si “aquí no pasa nada”. Ya en la noche de clausura del XXXII Festival de Teatro de Occidente presenciamos, en la sala Alberto Ravara, algo más allá de las 7:40 pm. el grandioso espectáculo “Callejera”, que plantea el argumento de la homosexualidad como excusa p

En movimiento hacia su desenlace el XXXII Festival de Teatro de Occidente.

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Es la noche del jueves 20 de noviembre y el 32º FTO sigue su curso. Pasadas las 7:30 pm. ingresamos a la sala “Federico Collado”, uno de los espacios para la creación y disfrute de las artes escénicas que ofrece el Centro Teatral de Occidente “Herman Lejter” en la ciudad de Guanare. Disfrutamos allí del unipersonal “Gilaldo Sampos”, propuesta de la agrupación Ditirambo Teatro (Colombia) escrito, dirigido e interpretado por Rodrigo Rodríguez. La familia de Pascual Duarte es una novela de Camilo José Cela, publicada por primera vez en Madrid en 1942, fundadora del género conocido como tremendismo , sus personajes viven un ambiente de marginación, sumidos en la incultura, el dolor y la angustia; esto hace que las historias giren en torno a lo grotesco o repulsivo buscando con ello impactar al lector. Puede por tanto decirse que el tremendismo es un tipo de crítica social. A partir de este punto de partida, Rodrigo Rodríguez compone la historia de Gilaldo Sampos, traslada

Noche de monólogos en el FTO 2014

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Una de las cosas particularmente interesantes del haberme constituido seguidor por más de 20 años del Festival de Teatro de Occidente, es la posibilidad de hacer ejercicios de memoria en lo que ha sido el devenir del festival y notar como efectivamente se cumplen ciclos y se retorna al punto de partida, ya no con el ímpetu propio de la juventud incipiente sino con el vigor de la experiencia. Así el FTO, que es vitrina de lo bueno, de lo que no lo es tanto e inclusive de lo malo que pasa por los escenarios venezolanos y de algunos países que año a año se suman a la fiesta, parece experimentar en esta edición un reencuentro con lo que podríamos considerar su más valioso tesoro, el público teatral. Menciono esto porque de un tiempo para acá, cada edición del FTO parecía experimentar un vertiginoso aumento en el número de personas que acudía a sus espectáculos, pero que no constituían necesariamente un “público teatral” sino más bien una extensa colección de espectadores carente

Del laberinto a la sinfonía.

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Vienen llenándose de vida, de bullicio y ambiente festivo, los espacios del Centro Teatral de Occidente “Herman Lejter” en la ciudad de Guanare, donde se desarrolla desde el pasado viernes 14 de noviembre de 2014 la 32ª. Edición del Festival de Teatro de Occidente, esta ocasión en homenaje a la memoria del maestro titiritero Eduardo Di Mauro. Continuando con la programación, el lunes 17 a las 7:30 p.m. en la sala “Federico Collado”, se realizó la función de “Robinson en la casa de Asterión”, aquilatado trabajo de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa y el Teatro Estable de Portuguesa de la pluma del dramaturgo Tomás Jurado Zabala y bajo la dirección de Carlos Arroyo. Cuarta mirada que como espectador doy sobre esta producción y cuya función me resultó extraña por varios motivos, en principio porque si bien continúa siendo el encuentro de dos potentes histriones en escena: Aníbal Grunn interpreta a Simón Rodríguez y Wilfredo Peraza es Asterión, se dejó notar un desce

El Festival de Teatro de Occidente está en movimiento.

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Se respiran nuevos aires en esta trigésimo segunda edición del Festival de Teatro de Occidente, es posible que el transcurso de estos 32 años allá sido necesario para, con la debida pausa reflexiva, encontrar la manera de redefinirse y de alguna manera, disfrutar del sereno reposo que brinda la experiencia. Y que en el caso del FTO no constituye estancamiento alguno, sino una fórmula para vivir la calma dentro de la vertiginosa espiral de eventos que caracterizan un festival de esta naturaleza. Me incorporo ya en la tercera noche de festival el 16 de noviembre, para encontrarme con dos sólidos e impactantes espectáculos. En primera instancia la función de la Compañía Regional de Teatro de Portuguesa (CRTP) con su obra “Aquí no paga nadie”, versión de Aníbal Grunn sobre el texto de 1976 escrito por Darío Fo, dirigido por el mismo maestro Grunn y en el cual se abordan temáticas tan cercanas a la realidad de nuestro país que parece escrito a propósito de esto. Parece pertinen